La visión cristiana del trabajo y la riqueza ha sido la causante del enorme aumento del capitalismo y de la mejora de las condiciones de vida del mundo occidental en los últimos 200 años.
Especialmente relevante ha sido la ética protestante que originaron reformadores como Lutero, Calvino y otros y que contribuyó a la expansión del capitalismo. Según ésta, el trabajo es bueno y necesario y por el contrario la holgazanería y el depender de otros es algo inmoral con graves consecuencias.
Los reformadores enseñaban que había que orar y trabajar, se animaba al emprendedor a realizar su trabajo, superarse y a cosechar los frutos del mismo, no había nada malo en ello pues era el resultado de su propio esfuerzo. Asimismo resaltaron la necesidad de leer y aprender las Sagradas Escrituras y con tal fin promovieron la enseñanza en general para todas las capas de la sociedad. Esto lógicamente promovió la cultura, la investigación y las artes.
Con este sistema de valores basado en la Biblia no es de extrañar que estos países progresaran rápidamente mientras otros con otra mentalidad más laxa en estos aspectos fueran declinando su progreso como vimos en ciertos países del sur de Europa como el nuestro.
En España, por ejemplo, se prohibió la lectura de la Biblia hasta bien entrado el siglo XX, algo extraño para un país que se llama cristiano. Nuestro país expulsó por motivos religiosos a la capa de la sociedad más preparada de entonces, los judíos, los mejores intelectuales, mercaderes y financieros de la época.
La Inquisición no sólo persiguió, torturó y quemó a lo más granado de aquella sociedad sino que cerró el país a calicanto a ideas de progreso y modernidad que pudieran venir del norte de Europa. Esto unido a los desastrosos gobiernos que padecimos durante siglos hizo que España se hundiera en el atraso y la miseria hasta fechas recientes.
De nada sirvió las enormes sumas de dinero que aportaban las colonias americanas. Aunque algunos no lo puedan creer, tuvimos un rey que cerró una universidad para abrir una escuela de tauromaquia, ver para creer….
En nuestro país y en otros de la misma cultura latina existe un concepto erróneo sobre el significado de crear riqueza. Se cree que los empresarios, emprendedores y las personas que realizan inversiones con el fin de ganar dinero lo hacen para aprovecharse de los demás, conseguir beneficios y sólo preocuparse de sus propios intereses.
Aunque bien es verdad que hay muchos que piensan así y lo único que les interesa es su cuenta de resultados, no escatimando en engañar si es preciso al Estado y aprovecharse de sus empleados con condiciones laborales de explotación y miseria, la verdad es que me cuesta mucho catalogar a estas personas como cristianas aunque solo sea de nombre.
Es penoso pensar que en nuestros países, la ignorancia en asuntos de religión va pareja a la ignorancia en asuntos económicos.
La gente, con razón, en ocasiones se rebela contra las injusticias sociales y piden una mayor distribución de la riqueza para ayudar a los más desfavorecidos, pero la riqueza sólo puede ser distribuida cuando se ha creado. Si no creamos riqueza no podremos distribuirla y alcanzar a los miembros más necesitados de la comunidad donde vivimos.
El Estado sólo podrá distribuir riqueza cuando alguien la haya creado y haya aportado parte de sus ganancias para que pueda ser distribuida. Difícilmente podrá el Estado distribuir lo que no existe.
Mucha gente denigra el sistema capitalista tachándolo de egoísta y explotador pero la verdad es que el capitalismo es lo que ha permitido el progreso de la humanidad más rápidamente, especialmente en los últimos dos siglos.
El siglo XX fue un tiempo de turbulencias políticas y económicas con guerras y revoluciones que asolaron muchos países y causaron un gran sufrimiento. Surgió el comunismo, por algunos llamado “el paraíso de los trabajadores”, aunque yo no me imagino un paraíso del que muchos arriesguen la vida para escapar de él como en la antigua Alemania del Este o en Cuba actualmente.
Cuando vivía en Australia conocí a muchos cubanos que habían huido del “Paraíso” en 1980 en la llamada emigración del Mariel en la que más de 125.000 cubanos salieron corriendo de la isla y muchos murieron en la travesía hacia Florida y lo que me contaban era como una historia de terror. Al ver cómo se ponía la cosa las autoridades cubanas tuvieron que parar el éxodo si no se hubieran quedado solos en la isla Fidel Castro y su camarilla.
Son muchas las razones que explican el fracaso del comunismo que daría para escribir un libro pero resumiré diciendo que aparte de la eliminación de las libertades personales, religiosas y políticas, un sistema que excluye la competencia individual, la propiedad privada y el estímulo económico que aportan los emprendedores está abocado al desastre.
Estos regímenes veían a los emprendedores como seres egoístas que sólo deseaban ganar dinero y hacerse ricos a costa de los demás. Había que eliminarlos y cambiar la economía de mercado y libre a la planificación central del Estado. ¿Resultado?, ya lo sabemos: el desastre económico y social completo. Ese sistema no podía triunfar pues la realidad es muy tozuda, en el proceso de creación de riqueza hace falta la cooperación y la competición. Si quitamos una de las dos el sistema no funciona.
Acabo de leer las memorias de David Rockefeller y quiero citar unas líneas del libro que me parecen muy interesantes:
“La habilidad de producir beneficios es un elemento fundamental en el progreso de la sociedad. El aliciente de los beneficios genera empleo, crea riqueza y habilita vías para la gente que ningún otro sistema económico o social ha sido capaz de hacer. Por eso nadie debería sentirse culpable de ganar dinero”
Por cierto, para aquellos que no lo sepan, la familia Rockefeller, tan criticada por muchos tachándolos de insaciables capitalistas y dejando de lado las historias de conspiración que les rodea, ha contribuido la mayor parte de su fortuna a obras sociales y filantrópicas siguiendo la ética cristiana de su fundador John Davison Rockefeller.
Mucha gente parece no darse cuenta de que detrás de la generación de riqueza, hay emprendedores, hombres de negocios e inversores que no sólo han arriesgado su dinero y su patrimonio en una aventura empresarial sino que han volcado años de esfuerzo y duro trabajo para hacerlas prosperar. Sí, lo han hecho primordialmente para sacar dinero a sus inversiones, esto es lógico, todos luchamos para progresar y sacar adelante nuestras familias, nuestras empresas y nuestros países.
Estas son las personas que debido a su esfuerzo y al riesgo que tomaron crearon riqueza a través de empresas e inversiones, crearon empleos que beneficiaron a personas como tú y como yo, pagaron sus facturas y sus impuestos y gracias a ello, se pudieron construir carreteras, hospitales, escuelas y ayudar a los más débiles.
¿Quien crees que hará esto sin estas personas? ¿los políticos, los futbolistas, los cantantes…? Los gobiernos, repito, no pueden distribuir lo que no existe.
Estos países que denostando el capitalismo creyeron que ellos solos podrían mejorar las condiciones de vida de las personas mediante su abolición y la creación de una economía planificada han fracasado estrepitosamente y sólo han conseguido arruinar sus economías y su experimento ha sido un gran fiasco que lo único que ha hecho ha sido traer sufrimiento y miseria a millones de personas.