Como en otros muchos temas el de la globalización despierta pasiones encontradas. Unos la defienden a capa y espada y otros la rechazan porque amenaza las identidades nacionales mientras otros como los partidos islámicos porque pretenden imponer la democracia y los valores occidentales en sus países y otros la culpan de la pobreza y miseria que existe en el mundo.
Como en muchas otras cosas todos tienen algo de razón según como se mire la cuestión.
La globalización, como su nombre indica, es la integración de las diferentes economías del mundo en un conjunto global que permite la libre circulación de bienes de consumo y capitales fomentando las inversiones productivas principalmente en aquellos países con regímenes democráticos y libres.
Se ha desarrollado especialmente desde la desaparición del bloque comunista en Europa debido al tremendo fracaso que representó su economía dirigida, protegida y centralizada.
Aspectos positivos de la globalización.
La globalización ofrece inmensas posibilidades al comercio mundial eliminando los aranceles fronterizos y facilitando el flujo de dinero en los mercados financieros con lo que facilita la cooperación internacional y el aprovechamiento de los recursos.
La globalización impulsa también el desarrollo científico y el desarrollo tecnológico de aquellos países en que las multinacionales se asientan. La globalización permite asimismo el intercambio de inversiones a nivel mundial. Los inversores buscan el mejor rédito para sus inversiones y buscan aquellos lugares que les ofrezcan garantías para las mismas.
Todos los países necesitan dinero e inversiones para progresar. Aquellos que por causas políticas, religiosas o de cualquier otra índole se cierran a la globalización se quedan en el atraso y la miseria no importa cuantos recursos naturales dispongan.
La globalización impulsa el libre comercio lo que trae beneficios para los países tanto los ricos como los pobres.
Al haber más incremento de productos y servicios hace que éstos reduzcan sus precios. Se crean empleos en los países más desfavorecidos y los salarios aunque bajos al principio tienden a subir y a ir comparándose con la de otros países más desfavorecidos.
Esto lo vemos sucediendo ya en países como la India y China. Por tanto el crecimiento económico permite que el nivel de vida aumente y la pobreza disminuya. Esta globalización ha permitido que la esperanza de vida haya aumentado considerablemente y la mortalidad infantil haya disminuido en la mayoría de los países en vías de desarrollo.
La globalización, no se puede negar, ha traído una relación más estrecha entre los países y gracias a ella aspectos tan positivos como el aumento de la democracia en el mundo, el derecho de las mujeres y las tasas de alfabetización y la drástica disminución de enfermedades en los países del tercer mundo.
Aspectos negativos de la globalización.
Las naciones que carecen de un nivel tecnológico alto se ven poco o nada capaces de poder competir con los países más industrializados y por lo tanto más competitivos.
Esto es un problema enorme para los países del llamado tercer mundo en África, América Latina y Asia. La economía y la tecnología a nivel mundial avanza a pasos agigantados y estos países por mucho que lo intenten no pueden engancharse al carro de la economía mundial precisamente por carecer de los medios que les permitan ir a la par con estos países avanzados.
Por tanto la globalización puede aumentar los desequilibrios económicos y sociales en algunos países.
Para muchos representa una nueva clase colonialismo sobre los países pobres. La globalización también repercute en los países industrializados pues buscando los inversores más beneficios para sus inversiones buscan la mano de obra más barata y trasladan sus líneas de producción a aquellos países que les ofrezcan mejores condiciones.
Esto, por desgracia, en ocasiones implica que inversores corruptos se beneficien de una mano de obra barata en condiciones de explotación en países pobres ignorando las leyes laborales y de seguridad de los mismos.
De todos es bien conocido las terribles condiciones que sufren muchos obreros de Asia que trabajan para conocidas multinacionales.
La globalización ha dañado al llamado Estado de Bienestar que gozaban algunos países y debido a la crisis económica mundial ha derivado hacia políticas menos intervencionistas y más liberales donde las personas ya no dependen tanto de una Estado-papá sino que deben elegir y tomar libremente sus decisiones.
A pesar de todas estas cosas no se puede discutir que la globalización ha sido la causa principal del enorme crecimiento a nivel mundial por parte de países desarrollados y en vías de desarrollo eliminando mucha de la pobreza existente en esos países.
La globalización no seria posible sin la democracia y el capitalismo y lo que conlleva la libertad del individuo ha desarrollar libremente sus aspiraciones profesionales y de las empresas ha realizar sus inversiones que consideren más oportunas.
Los movimientos anti-globalización prefieren más las políticas proteccionistas argumentando que no es justo las diferencias de riqueza entre los más ricos y los más pobres. Aunque esto pueda ser verdad no se puede dudar de que a pesar de ello la globalización en su conjunto ha traído un incremento del bienestar en muchos millones de personas.
Lo importante no es si los ricos son más ricos sino si más personas están saliendo de la miseria y alcanzando cotas de bienestar que nunca habrían soñado.
Las estadísticas nos dicen que en los últimos 20 años el número de personas que han salido de la pobreza absoluta que viven con uno o dos dólares al día se ha reducido en más de quinientos millones de personas.
Y es curioso notar que las mayores reducciones de la miseria han tenido lugar en aquellos países que han reducido sus barreras comerciales y aranceles y han abierto sus puertas a las inversiones extranjeras especialmente en los países asiáticos.
Por el contrario en aquellos países, especialmente en el África subsahariana, con una política económica proteccionista orientadas al sector interno su economía se estancó y alejados de la globalización apenas pudieron reducir estas tasas de pobreza e inflación y algunas por el contrario las incrementaron.
El incremento de la globalización con sus aspectos positivos y negativos es inevitable.
Ningún país que pretende progresar puede permitirse el lujo de desdeñarla y volver a las antiguas políticas proteccionistas cuyos resultados todos hemos conocido.
La historia nos enseña que ha sido el comercio el que ha traído el desarrollo y la civilización. Cuanto más comercio haya mejor para todos.
Creo sinceramente que si hubiera más auténtica globalización, más comercio entre países y menos proteccionismo los países pobres podrían exportar sus productos al mundo desarrollado y aumentarían sus niveles de vida considerablemente.
Es vergonzosa la hipocresía que nos invade. Nos dan pena los pobres africanos pero no les permitimos exportar sus productos por causas de los enormes subsidios que damos a nuestros agricultores y las tarifas arancelarias que ponemos a sus productos.
La mitad del presupuesto europeo se destina a subsidios agrícolas para que agricultores y terratenientes mantengan su nivel de vida pero les negamos a estos desfavorecidos que puedan desarrollarse dándoles las migajas que nos sobran.
La solución para ellos no es darles un poco de dinero en ayudas sino permitirles trabajar, desarrollarse y exportar sus productos. Y esto se consigue no con menos globalización sino con más.
Estas barreras son las que dificultan el comercio y el crecimiento económico de los países más desfavorecidos.
Creo sinceramente que a pesar de que la brecha entre los países ricos y los pobres ha aumentado la globalización en su conjunto permitirá la transformación de muchos países y alentará el crecimiento económico.
Ningún país puede permitirse el lujo de aislarse del resto de la economía global y son los países más prósperos los que deberían ayudarles a integrarse en la economía mundial Este es el único medio que permitirá el crecimiento económico y la disminución de la pobreza.