Las habilidades de comunicación son una de las principales competencias que se deben desarrollar en el entorno laboral. Para los emprendedores la importancia es aún mayor debido a que el éxito de un proyecto empresarial depende en gran medida de una correcta comunicación, puesta en escena, saber sintetizar los puntos más importantes y transmitir de forma adecuada los valores y objetivos de la idea de negocio.
El peso que en los últimos años han adquirido las redes sociales y el entorno digital, no hace más que enfatizar la necesidad de saber comunicar a través de diferentes tipos de plataformas y aprender a adaptar la información que queremos transmitir a los diferentes lenguajes de cada una ellas.
¿Qué habilidades de comunicación debo desarrollar como emprendedor?
- Capacidad de síntesis. Es importante saber extraer la información realmente relevante y acorde al mensaje que pretendemos transmitir. Un exceso de detalles o de información superflua puede distraer a nuestro interlocutor.
- El lenguaje no verbal. Hay que aprovechar expresividad corporal y los gestos de forma que sirvan de refuerzo a aquello que expresamos oralmente. Recibir a clientes con los brazos cruzados o dar un discurso mirando al suelo son ejemplos de comportamientos que debemos evitar.
- Desarrollar habilidades orales y escritas. No sólo hay que saber comunicar a través de un interesante discurso, también será necesario tener la capacidad de plasmar esas ideas sobre el papel, de forma clara, ordenada y sin errores gramaticales u ortográficos. En muchas ocasiones las comunicaciones con clientes o inversores no podrán hacerse de forma presencial y esto no debe suponer una desventaja.
- Escucha empática. No hay que olvidar que la comunicación es bidireccional y hay reservar un tiempo para escuchar aquello que los demás tienen que expresar. Se trata de una escucha activa, en la que posiblemente podamos recabar información relevante.
- No perder de vista los objetivos. Muchas veces las conversaciones derivan en otras que poco o nada tienen que ver con aquello que las originó. Por ello es importante tener muy claro qué es aquello que queremos comunicar; un pequeño esquema con los puntos más importantes a tratar suele ser una buena práctica.
En la empresa podemos diferenciar dos tipos de comunicación, externa e interna:
Comunicación externa. Es imprescindible desde que se dan los primeros pasos en el desarrollo de la idea de proyecto empresarial, ya que será la manera de dar a conocer nuestra idea o defender la viabilidad de nuestro proyecto.
Comunicación interna. Una vez que nuestro proyecto empresarial se ha convertido en una realidad, las habilidades comunicativas no pasan a un segundo plano, sino que serán imprescindibles a la hora de comunicarse con empleados, proveedores y los clientes. Una mala gestión de la comunicación interna suele desencadenar problemas de productividad y de insatisfacción tanto entre los empleados como con clientes.