En las culturas orientales el trabajador es feliz ejecutando lo mejor posible la actividad que se le asigna, mientras que en las occidentales no es así.
En las sociedades del occidente la trabajadora está más orientada a los resultados que al proceso. La orientación a resultados produce las grandes ideas y los grandes cambios pero incluye más exigencia y resultados.
Esta forma de trabajo resulta en la considerada causa principal de estrés y de las enfermedades modernas como la colitis, la úlcera y la hipertensión. Para combatir eso se recomienda ejercitar yoga en el lugar de trabajo. Así seremos más eficientes pero también más felices y equilibradas.
Un ejercicio básico del yoga es la meditación, que puede practicarse tantas veces como sea posible o necesario, y en el lugar que queramos. Hay que sentarse derecha, con la cabeza centrada, tratando que nuestro cuello esté alineado con la espalda y los ojos estén abiertos o cerrados. Respiramos lento y profundo varias veces hasta que iniciamos la meditación.
Debemos inhalar lento y profundo, intentando que nuestro cuerpo inhale por nosotras. Hay que retener el aire dentro de nuestros pulmones por unos segundos y dejar vacía nuestra mente de pensamientos. Luego, exhalamos lentamente, intentando dejar que nuestro cuerpo exhale por nosotras.
Si repetimos los tres pasos anteriores por unos minutos, atendiendo lo más importante que es la retención del aire en nuestros pulmones y durante un buen lapso de tiempo, dejando nuestra mente vacía, estaremos en un momento de meditación.
Hay muchísimos ejercicios de yoga para el lugar de trabajo, que van aumentando en su complejidad y van requiriendo más espacio para ser ejecutados, pero la meditación es un ejemplo de cómo no es necesario tanto lugar para relajarse y mejorar un poco nuestra calidad de vida. Hay que animarse a probarlo y evaluar los resultados. Se puede trabajar mucho y bien, acompañando los resultados laborales con una vida saludable.