Propondremos una singular comparación entre la relevancia de los MBA, y la antigua filosofía cínica de Diógenes de Sinope. Destacaremos la autarquía del llamado «Sócrates furioso», como una cualidad de enorme valía para los jóvenes ejecutivos de hoy.
Recordando la venerable figura del filósofo del tonel, el cínico Diógenes, cabe citar la anécdota de que alguna vez que fue secuestrado por piratas, y al ser puesto a la venta como esclavo, cuando le fue preguntado qué es lo que sabía hacer, orgulloso y digno contestó: “mandar hombres”. Diógenes Laercio, fue quien nos lego la anécdota en el cuerpo de ellas dedicadas a esta excéntrica figura de la antigüedad griega.
Sin embargo, el sentido de esta interesante recopilación dedicada al “perro celestial”, puede darnos una luz acerca de la tendencia que debería seguir una educación contemporánea, especializada en formar ejecutivos de alto nivel.
Más sabe el que manda
Cuando llega el momento de tomar decisiones empresariales definitivas, en las que se juegan capitales de trascendencia vital, no vale tanto la formación académica adquirida, así fuese obtenida en las universidades más connotadas del mundo, como si lo es, en última instancia, la capacidad de tomar las riendas del asunto, con decisión y confianza propias y comandar la firma hacia su mejor vía de opción.
Los ejecutivos de calidad requieren de una sabiduría pulsional que no se adquiere en MBA alguna, sino en el estudio profundo, de los alcances particulares de la propia persona. Guiar hacia los demás es la mejor manera de llegar al los límites de uno mismo, para descubrir con satisfactorio azoro, que virtualmente no los hay, y por lo consiguiente tampoco para el éxito de la compañía.
Educación en la diversidad
Sin embargo, gran parte de la valía de la filosofía cínica, proviene directamente de su originalidad feroz, que trascendía cualquier estrategia de enseñanza tradicional, para erigirse como una auténtica escuela de la calle, es decir, el lugar de la máxima pluralidad. Diógenes, más que su maestro Antístenes, fue el adalid de la autarquía, una de las máximas virtudes que puede ostentar un directivo empresarial de nuestros días. Pero tal capacidad solo pudo cultivarla en un ambiente de pensamiento y formas de vida diferentes y abiertas: el mundo fragmentado de Alejandro Magno. Este ambiente es muy similar al entorno comercial y globalizado de nuestro tiempo.
Las opciones de estudio MBA, pueden ser tomadas como valiosas alternativas para conocer diferentes maneras de vivir, de pensar, de estudiar, y de abordar los negocios. Esto se traduce en sabiduría, y por lo consiguiente en independencia intelectual, alta capacidad directriz. Tomar una lámpara, como Diógenes, para alumbrar el camino de los propios alcances como directivo, a veces no es necesario, solo basta ver en el espejo del alma las ganas de triunfar: esa luz que deja verlo todo.