Probablemente en el pasado se ha exagerado las virtudes de un MBA. Ciertamente existen muchas voces críticas de la formación empresarial en las escuelas de negocios, la más notable sigue siendo la de Henry Mintzberg, profesor de Management de McGill University, Canadá. Durante los años de crecimiento económico, en los sectores de finanzas y consultoría especialmente, un MBA representaba una condición sine qua non para conseguir un buen puesto de trabajo con su correspondiente elevado salario. Pero un MBA no es ni necesario ni suficiente para desarrollar una carrera profesional, es un lugar común, pero por otro lado debemos señalar que ni Bill Gates y Steve Jobs no se graduaron en una escuela de negocios. Así pues, se puede llegar a liderar organizaciones o ser emprendedor sin haber estudiado un MBA. Desde esta óptica, un título universitario, por sí solo, no hace al profesional; y las tres letras mágicas no son garantía de una carrera profesional de éxito. No obstante, el MBA brinda muchos beneficios y oportunidades, añadiendo valor a las personas que invierten su tiempo, dinero y futuro en este tipo de formación.
La justificación de estudiar un MBA para muchos candidatos se basa en una potencial mejora en salario y condiciones de trabajo, consiguiendo lo que ellos consideran un buen retorno de la inversión. En la encuesta más reciente del Graduate Management Admissions Council (GMAC) a graduados de este tipo de programas, se concluyó que los graduados recuperaron un tercio de su inversión financiera nada más al terminar sus estudios y habían recuperado un 100% después de un periodo de cuatro años.
Obviamente, estudiar un MBA tiene un costo de oportunidad importante; es decir, el salario no percibido mientras se está estudiando en clase. A veces este dato no se contempla cuando se calcula el costo de un MBA, pero es una cuestión importante a tomar en cuenta en el momento de realizar un análisis costo-beneficio y decidir si uno debería estudiar un MBA. Así que el costo real de un MBA es superior a los costos de matriculas, cuotas mensuales, libros, alojamiento, transporte… Posiblemente es por esta razón el interés de muchos candidatos por saber si existe una relación entre la posesión de un MBA y salarios.
La idea que el MBA puede catapultar la carrera de un graduado sigue estando muy presente en las decisiones de los candidatos de los MBA. Según el GMAC en 2011 el 94% de graduados encuestados tienen empleo, de los cuales el 87% son por cuenta ajena y el 7% por cuenta propia y la demanda para los graduados de MBA sigue boyante a pesar del complicado contexto de la recesión económica y la crisis financiera. Ciertamente el MBA puede abrir horizontes nuevos e impulsar cambios de dirección interesantes en las carreras profesionales de los graduados.
No obstante, el potencial incremento salarial o cambios de carrera, nivel de responsabilidad o empresa/sector, aunque son importantes, no son los únicos motivos para estudiar un MBA. El MBA facilita el acceso a una red privilegiada de alumni, profesionales de empresas presentes en una plétora de países y sectores diversos. El famoso networking representa un valor en alza en estos tiempos de redes sociales como Linkedin que reúne grupos de personas altamente cualificadas y en posiciones de responsabilidad. Estos son los nuevos medios que sirven para ampliar las oportunidades de negocio, contactos e información a escala global para graduados nuevos y antiguos.
¿Cuál es el momento adecuado para estudiar un MBA? ¿Apenas acabada la carrera (pregrado) o con años de experiencia?
El título MBA es un término amplio que abarca distintos tipos de formación empresarial a nivel de posgrado. Existen distintas modalidades para estudiar el MBA, por ejemplo, a tiempo completo, a tiempo parcial y online. También los MBA varían en términos de duración siendo el clásico modelo estadounidense de dos años o el modelo más frecuente en Europa de un año. Al mismo tiempo las escuelas de negocios ofrecen programas executive para profesionales con una amplia y diversa experiencia laboral o programas pre-experience en los cuales la experiencia laboral no es una condición de acceso.
Así pues, no hay un momento idóneo para estudiar un MBA. El MBA tiene que adaptarse a las necesidades formativas y objetivos profesionales del candidato. Una opción al MBA podría ser un Master especializado en Finanzas o Contabilidad o Marketing para aquellas personas con poca o ninguna experiencia y un interés en profundizar en una determinada área funcional de la actividad empresarial.
Algunos consideran que el MBA sólo debería de ser para aquellos profesionales afines a la carrera de administración o contabilidad y otros para todo profesional indistintamente de la carrera que sea, ¿Cuál es su opinión al respecto?
El MBA es, en sus orígenes, fundamentalmente un producto anglosajón que ha atraído a graduados de muy diversas procedencias y carreras universitarias, tales como ingenieros, lingüistas, agrónomos, químicos etc. Considero que la amplitud y el alcance de la visión generalista que ofrece el MBA tradicional es una formación ideal para preparar personas para gestionar organizaciones de diverso índole, empresas públicas y privadas, instituciones y ONGs. Así que creo que no es necesario que los candidatos tengan conocimientos previos de algunas áreas funcionales de la empresa. Los candidatos de un MBA se seleccionan por sus características personales, capacidades y potencial y no por un determinado título universitario. Obviamente, los candidatos con una formación previa en el área empresarial disfrutan de una cierta ventaja en términos de conocimientos, pero el MBA es mucho más que un acumulo de conocimientos.
¿Cuál es el principal valor de estudiar un MBA fuera del país de origen del estudiante?
El principal valor de estudiar fuera del país de origen es la adquisición de lo que se puede llamar una inteligencia cultural, es decir una sensibilidad por la diversidad y las diferencias culturales.
¿Cuál diría usted que debería de ser el “sello” distintivo de un profesional MBA?
Considero que el MBA no es un patrón único. El mercado acepta una amplia gama de MBA con diferentes énfasis y características, desde la formación generalista de los MBA tradicionales hasta los MBA especializados en determinados sectores y actividades. El sello distintivo de un MBA debería ser la calidad y la promoción de valores éticos y profesionales.