Hay muchas cosas que aprender de la nación alemana y de los alemanes. A pesar de que existen manchas muy difíciles de borrar e imposibles de olvidar como el régimen nazi en este artículo quiero centrarme en los aspectos positivos de esta nación de la que hay muchas cosas que aprender.
Lo primero que nos viene a la mente cuando hablamos de Alemania es la calidad de sus productos; no importa que compres un coche o un juguete el distintivo “Made in Germany” nos infunda de primera mano confianza en la calidad de su producto.
El por qué es fácil de ver. Yo he trabajado con muchos alemanes en mi etapa de emigrante y conozco bien su carácter y su disposición al trabajo. Al alemán no le importa el trabajo duro y lo primero que buscará es hacerlo de la mejor manera posible.
No se escaqueará cuando el jefe no lo vea pues tiene bien impreso en su carácter la honradez y el sentido del deber.
En mi etapa de emigrante en Australia trabajé con gente de muchas nacionalidades y siempre pude notar que los alemanes eran los que mejor y más concienzudamente hacían las cosas, parecía que su vida era el trabajo, vivían para trabajar no como nosotros los latinos que trabajamos para vivir.
Se ha calculado que el trabajador alemán tiene un índice de productividad del 60% mayor que el español y es 80% más productivo que el griego. En esto influye no solamente su alta tecnología sino su manera de ser, idiosincrasia y su forma de trabajar. Otra cosa era el carácter que en muchos de ellos dejaba mucho que desear. Del trato agradable y la simpatía eran ellos los que deberían aprender un poco de nosotros.
Bien, cuando uno visita Alemania lo primero que te sorprende, aparte de la limpieza y la pulcritud, es que la inmensa mayoría de loa alemanes sabe inglés perfectamente por lo que no existen muchas barreas de idioma. Un punto para ellos.
Los españoles estamos en la cola, como en otras muchas cosas, en el manejo de idiomas. Se observa también que en este país existe una ética profesional muy estricta donde están prohibidos los sobornos, las “mordidas” y las mentirijillas de las que tanto alardeamos los latinos. Allí un político que haya mentido o se le haya descubierto una pequeña falta dimite inmediatamente.
Vamos, lo mismo que en nuestra querida España…
Podemos hacer bromas sobre que los alemanes son cabezas cuadradas y hormigas trabajadoras pero no podemos negar que son serios, disciplinados y eficientes y esto último es lo que hemos de imitar.
El compromiso con la calidad es inherente en los alemanes.
Quién de nosotros, si podemos, no adquirimos un coche o una lavadora alemana aunque sea mucho más cara pues sabemos que nos durará muchos más años que cualquier otra. La marca Alemania es esa: tecnología, calidad y bien hacer.
Esto hemos de aprender, España y los demás países latinos para que se nos tenga en cuenta y aprendan a valorar nuestros productos.
Su énfasis está puesto en productos de calidad no en productos de bajo coste que aunque cuesten más dinero se deprecian más rápidamente. El por qué es fácil de ver: producen productos de calidad porque tienen una educación de calidad. No puede haber lo uno sin lo otro.
Alemania es uno de los países más desarrollados del mundo siendo la cuarta economía mundial a pesar de no tener excesivos recursos naturales con un Pib per cápita de 41. 512 dólares y es uno de los mayores exportadores de mercancías del mundo.
Se la ha denominado “campeón mundial de las exportaciones”, principalmente maquinaria y automóviles, aparatos eléctricos y electrónicos y productos químicos por lo que su balanza exterior es muy positiva.
El camino no ha sido fácil pues la nación fue totalmente devastada durante la segunda guerra mundial pero de esas ruinas la nación supo con esfuerzo y tesón levantarse hasta convertirse en lo que es hoy, la cuarta economía del mundo. Y para lograrlo tuvo también que superar la reunificación con la antigua Alemania comunista, un pozo casi sin fondo en la que ha tenido que realizar inversiones de más de 400.000 millones de dólares para sacarlos del desastre comunista en que se encontraban y ponerlos a la par de sus otros hermanos “capitalistas”.
Y algo que muchos desconocen, Alemania es la tercera nación del mundo que más dinero aporta a la ayuda al desarrollo del mundo y la que más asilados políticos acoge en Europa.. Su mayor recurso es su gente, 82 millones de habitantes distribuidos en un área de 357.121 km2, mucho menor que por ejemplo España y que tiene la mitad de población.
Alemania también alberga el tercer mayor grupo de emigrantes internacionales, millones de personas que buscan en este país algo tan esencial como ganar dinero, trabajo y futuro para sus hijos ya que este país goza de uno de los niveles de vida y protección social más altos del mundo. Y todo esto, no hay que olvidarlo, conseguido después de que esta nación fuera arrasada y destruida completamente en la segunda guerra mundial.
Alemania fue la cuna de la Reforma Protestante del siglo XVI cuyos conceptos básicos de honestidad y trabajo aun perduran y moldean el carácter de los alemanes.
Alemania ha sido a lo largo de los años cuna de los más grandes científicos de la historia. Casi 100 científicos alemanes han conseguido el premio Nobel. La lista sería interminable pero destaquemos figuras como Leibniz, Einstein, Max Planck, Röntgen (descubridor de los rayos X), Hertz, Fahrenheit, etc. Sin olvidar los grandes ingenieros e inventores con nombres tan conocidos como Gutenberg , Geiger, Daimler, Diesel, Benz, y un largo etc. Y hoy en día sigue siendo un líder en los diversos campos científicos y tecnológicos.
Alemania es un país con gran conciencia medioambiental y en la actualidad casi el 20% de la energía que produce es renovable teniendo la mayor capacidad de energía solar del mundo y uno de los mayores parques eólicos.
Los alemanes son un pueblo culto. El 67% de sus habitantes pueden comunicarse en otro idioma distinto y el 27% en dos idiomas extranjeros.
La cultura alemana ha destacado en diversos campos como la música (Bach, Beethoven, Wagner…), la literatura (Goethe, Mann, Hesse…) y la filosofía (Kant, Hegel, Nietzsche…)
Sus universidades son reconocidas internacionalmente y diez de ellas están clasificadas entre las primeras doscientas universidades del mundo.
Creo que ninguna española figura en esta lista de mejores universidades.
Los alemanes respetan las normas, son puntuales, si quedas con ellos a las 10 están a las diez…, son disciplinados, cumplen lo que dicen. Aunque puede que no estén orgullosos de su pasado sí lo están de su presente, no olvidemos que siguen siendo la locomotora de la Unión Europea y de todas las cosas positivas que crearon a lo largo de los años.
Aprendamos de sus cosas buenas, las otras como su tacañería, el ser sosos, antipáticos y un poco racistas se lo dejamos para ellos. Aunque como aquí decimos «en todas partes cuecen habas”.