Suecia es un país nórdico de una extensión como la de España y con una población de tan sólo 9.000.000 habitantes. A pesar de no tener muchos recursos naturales con excepción de la madera su economía es moderna y altamente industrializada que con una población tan pequeña está orientada principalmente hacia la exportación con productos como vehículos a motor, telecomunicaciones y productos farmacéuticos.
Suecia figura en los primeros puestos en las clasificaciones mundiales en competitividad, innovación y nivel de vida.
En cuanto a la población, los suecos son más de los 90% luteranos evangélicos y el vivir en un entorno duro, frio, y sin sol donde era muy difícil sacar un medio de vida hizo que sacaran un enfoque muy práctico de la vida, las relaciones entre personas y la empresa.
Los suecos son prácticos, diligentes, buenos planificadores y le dan mucha importancia a la honestidad, el orden, el trabajo disciplinario y la necesidad de evitar conflictos. Y, todo hay que decirlo, los suecos son en su mayoría bilingües en inglés.
Forman una sociedad donde la justicia y la equidad no son meras palabras con una visión primordial de evitar injusticias y problemas sociales, no es de extrañar tampoco de que Suecia sea uno de los países que más dinero da a los países necesitados.
Desde 1814 Suecia ha mantenido una política exterior de paz y neutralidad manteniéndose alejada de los diversos conflictos bélicos que han asolado a Europa. Los suecos son también famosos por su amor a la naturaleza y por la gran importancia que le dan a la protección del medio ambiente.
Siendo Suecia una nación agrícola y pobre hace sólo un siglo se ha transformado en una de las más ricas del mundo con una de las sociedades más igualitarias y equilibradas y un estándar de vida envidiable. Es un sistema capitalista pero al mismo tiempo con un alto estado de bienestar y un sector público muy dimensionado aunque para ello deben sufrir con un sistema fiscal de los más altos del mundo con unos ingresos fiscales que rondan el 50% del PIB.
Según la OCDE, la clave del crecimiento sueco y su gran productividad se debe a la gran desregulación que existe en su economía y a su enorme globalización ya que gran parte de sus productos se dedican a la exportación.
Una de las características principales del sistema sueco ha sido la cooperación existente entre gobierno, sindicatos y empresas, algo que ha facilitado las grandes ventajas sociales alcanzadas por toda la población gracias a los altos impuestos.
Suecia es sinónimo de innovación y desarrollo tecnológico y económico. Los suecos son gente disciplinada y educada con una gran veneración por la naturaleza y de siempre han perseguido aunar el crecimiento económico con un respeto por la ecología para lograr una economía sostenible. Es realmente digno de admirar los logros sociales y económicos conseguidos por este pequeño país cuya tecnología no tiene nada que envidiar a Estados Unidos o Japón al tiempo de seguir manteniendo la alta protección social de sus ciudadanos.
A pesar de los problemas económicos que sufrieron en los 90 cuando subió el desempleo y el déficit llegó al 15% del PIB el país supo emerger subiéndose al tren de la Nueva economía y creando un modelo económico centrado en la tecnología con un crecimiento sostenido a través de los años y una baja inflación con lo que las ventajas del estado de bienestar se pudieron mantener sin problemas.
Alrededor del 25% de los empleos creados en los últimos años están relacionados con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Su tasa de paro ronda el 4% (da pena hacer comparaciones con España).
En el campo educativo podemos también aprender algo. En el país existen escuelas públicas y privadas gratuitas y los padres reciben vales del gobierno para sus hijos pudiendo escoger libremente a qué colegio desean mandarlos pues se han dado cuenta de que la competencia entre escuelas mejora la calidad de la educación.
El sector de la exportación sigue siendo el principal motor económico de la economía sueca con sus empresas tecnológicas haciéndolo ahora menos vulnerable a las fluctuaciones internacionales que con sus productos tradicionales de exportación como el acero o la pulpa de papel.
En el campo empresarial existen muchas diferencias con España. Las empresas suecas comprar ordenadores para prestarlos a sus empleados sin coste alguno, así no es de extrañar que éste sea uno de los países con más penetración de Internet del mundo.
Las empresas acaparan la responsabilidad en el desarrollo de las tecnologías con empresas como Ericsson el mayor proveedor de tecnología telefónica del mundo. No es de extrañar, entonces, que grandes multinacionales como IBM, Intel, Sun Microsystems. Microsost y Hewlett-Packard hayan elegido este país para hacer realizar sus inversiones en Europa. Más del 80% de los trabajadores pertenecen a un sindicato y aunque no existe el salario mínimo los sueldos son fijados a través de convenios colectivos.
Suecia es el líder europeo en nuevas tecnologías y no es de extrañar pues ya desde el colegio se estudian estas materias y destina mucho dinero, el 3.6% de su producto Interior Bruto a la Investigación y Desarrollo (I+D) de ahí el gran número de empresas tecnológicas en un país tan pequeño con empresas tan conocidas como Atlas Copco, Asea Bovery, Volvo, Saab. Electrolux, Tetra Pack, Astra, Scania, etc.
Se calcula que en los últimos años, más del 25% de los nuevos empleos creados en este país están relacionados con las nuevas tecnologías. Mientras tanto España, en lugar de aumentar sus pocas inversiones en este campo los ha disminuido a causa de la crisis. Nunca aprenderemos.
Las exportaciones e inversiones suecas a España no han dejado de parar desde la segunda guerra mundial y, sin embargo, Es penoso comprobar que las inversiones españolas en Suecia son prácticamente nulas siendo como es Suecia una base estratégica para los productos españoles en todos los países nórdicos.