
En el Perú, la agricultura familiar representa una de las principales fuentes de sustento para millones de personas, especialmente en las zonas rurales. Sin embargo, esta actividad se encuentra constantemente amenazada por fenómenos naturales como inundaciones, granizadas, huaicos o sequías, que pueden destruir cultivos enteros en cuestión de horas. Para hacer frente a estos desafíos y proteger a los agricultores más vulnerables, el Estado ha implementado el Seguro Agrícola Catastrófico (SAC), una política pública vital para reducir la vulnerabilidad del campo peruano.
¿Qué es el Seguro Agrícola Catastrófico?
El SAC es un seguro gratuito, financiado al 100% por el Estado a través del Fondo de Garantía para el Campo y del Seguro Agrario – FOGASA. Su objetivo principal es brindar protección económica a los pequeños agricultores de escasos recursos, especialmente aquellos dedicados a la agricultura familiar de subsistencia, cuando sus cultivos se ven severamente afectados por eventos climáticos o desastres naturales.
Este seguro no solo busca compensar las pérdidas económicas, sino también apoyar la reinserción de los agricultores a la actividad agrícola, permitiéndoles continuar con su producción y evitar un colapso económico familiar.
¿Qué riesgos cubre el SAC?
El Seguro Agrícola Catastrófico cubre 15 tipos de riesgos convencionales, que se activan cuando el rendimiento promedio de la unidad asegurada (llamada Sector Estadístico) se ve afectado en más del 44%.
Sin embargo, como parte de una mejora del programa, también se ha implementado una cobertura complementaria para aquellos cultivos que sufren pérdidas totales a causa de los siguientes eventos extremos:
- Granizo
- Huaico y deslizamiento de terreno
- Incendio
- Inundación
- Erupción volcánica
- Viento fuerte
Esta cobertura adicional representa un importante avance, pues reconoce que hay situaciones donde las pérdidas son absolutas y requieren una respuesta inmediata y focalizada.
¿Cómo activar el Seguro Agrario Catastrófico?
Cuando ocurre un siniestro que afecta los cultivos, el procedimiento para activar el SAC es el siguiente:
- Notificación del productor: El agricultor debe dar aviso del siniestro acercándose o llamando a la Agencia u Oficina Agraria de su jurisdicción.
- Comunicación a la aseguradora: La Agencia Agraria, a través de la Dirección o Gerencia Regional Agraria (DRA/GRA), notifica del siniestro a la empresa de seguros encargada de esa campaña agrícola.
- Designación del ajustador: La empresa aseguradora designa a un ajustador, quien deberá acudir al campo dentro de los 15 días hábiles para realizar la evaluación.
- Evaluación de daños: El ajustador inspecciona los cultivos afectados, en compañía de un representante agrario, y elabora el acta de ajuste con los resultados de la evaluación.
- Confirmación de pérdida catastrófica: Si el acta determina que hubo una pérdida total, la aseguradora, junto con la DRA, procederá a levantar los padrones de agricultores afectados dentro de los 30 días siguientes.
- Indemnización: Finalmente, el agricultor recibirá una indemnización de S/ 800 por cada hectárea asegurada, monto que se deposita mediante la apertura de una cuenta de ahorro, en un plazo máximo de 30 días desde la validación del siniestro.
Impacto y alcance del SAC
Este seguro continuará funcionando en los 24 departamentos del país hasta el 1 de agosto de 2023, lo que permitirá asegurar un total de 1.9 millones de hectáreas de cultivos transitorios y permanentes. De esta manera, el Estado busca garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola nacional frente a los crecientes desafíos del cambio climático y la variabilidad del entorno natural.
El Seguro Agrícola Catastrófico no solo representa una protección para los cultivos, sino una verdadera herramienta de justicia social. Con él, se busca dar estabilidad a las familias agrícolas, mantener la seguridad alimentaria y promover la resiliencia en los territorios más vulnerables del Perú.
El SAC es un ejemplo de cómo las políticas públicas pueden marcar una gran diferencia en la vida de miles de peruanos. Al proteger a los pequeños agricultores, el Estado no solo protege cultivos: protege sueños, familias y comunidades enteras. Por ello, es fundamental que más productores conozcan este seguro, sepan cómo activarlo y lo vean como un respaldo real en momentos difíciles. El futuro del campo peruano también se cultiva con prevención y solidaridad.